El autismo en personas en la diáspora africana, como en otras poblaciones, es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y la conducta. Sin embargo, las personas afrodescendientes pueden enfrentar desafíos adicionales, como el subdiagnóstico y el acceso limitado a servicios de salud adecuados, debido a factores como el racismo estructural y la falta de sensibilización cultural en los sistemas de salud. Además, los estigmas culturales pueden influir en la percepción del autismo dentro de las comunidades afrodescendientes, lo que dificulta aún más la búsqueda de apoyo y tratamiento adecuado.